INSTRUCCIONES PARA CONVERTIR UN CUBO BLANCO EN UNA CÁMARA OSCURA (2016)
INSTRUCTIONS TO TRANSFORM A WHITE CUBE INTO A CAMERA OBSCURA
The opposition between the white cube and the camera obscura is not a merely linguistic association.
The white cube, as described by Brian O’Doherty is a limpid, almost sacred space, in which nothing can enter, except if is devoid of its content and transform into the always unstable condition of ‘art’. Camera Obscura, on the other hand, is a mechanism of capture of the exterior, a nothingness where reality is projected.
This photographic intervention therefore is a critic of the elitist art system in Peru, represented by the gallery in which takes place. The idea is completed with some instructions in paper to be done as an imaginary performance, with the objective of making awareness of the immersion in the white cube as oblivion and segregation.
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La contraposición entre los conceptos de Cubo Blanco y Cámara Oscura no es una mera ocurrencia lingüística.
El Cubo Blanco, tal como lo menciona Brian O’Doherty, es un espacio límpido, casi sagrado, en el que nada de lo exterior puede ingresar realmente, excepto a condición de que sea vaciado de su contenido y transformado en la siempre inestable condición de “arte”. La Cámara Oscura, por otro lado, es un mecanismo de captura de la realidad, una verdadera nada en la que se proyecta lo exterior. Un absoluto vacío de significado, totalmente abierto a su contexto.
La presente intervención fotográfica site-specific no es sino, entonces, una crítica al actual sistema elitista de presentación institucional de arte en el Perú, representado por la galerìa L’Imaginaire, de la Alianza Francesa de Miraflores.
De esta manera, utilizando los elementos constructivos de la misma, se busca trazar la representación de una cámara oscura en su interior, generando una proyección (a partir de 250 pequeñas fotografías) de lo que se encuentra en las afueras de la institución, el colegio Villa María, ubicado en las esquinas de las calles Petit Thouars y Lizardo Montero.
De esta manera, se busca revertir también parte de la concepción del arte como evolución lineal en el tiempo. El Cubo Blanco, espacio expositivo moderno por excelencia, da paso a una Cámara Oscura que, como herramienta óptica, ha dado origen a la representación pictórica del espacio como perspectiva.
Este proyecto es, además, acompañado por pequeñas páginas en la que se detallan las Instrucciones, a ser realizadas a modo de performance imaginaria.
Así, se habrá tomado conciencia de la inmersión en el cubo blanco del arte como olvido y segregación. Y se encontrará con la existencia de otro cubos blancos, más amplios y abarcadores.